Queso Emmental de color amarillo claro, con una consistencia que va de semifirme a firme, una textura blanda y está lleno de agujeros. Su sabor es descrito como suave, ligeramente de nuez, casi afrutado y conserva un olor levemente láctico. Presenta a la vez una corteza dura de apariencia seca y de color amarillo intenso.
La elaboración de queso emmental es un proceso exigente desde la producción de la leche, hasta su maduración. El queso es producido con leche cruda fresca de vacas procedentes de ganadería ecológica. La leche no se trata y no hay aditivos artificiales, ni manipulaciones genéticas de ningún tipo. La calidad del producto final depende de cómo se conservan las vacas, qué comen y en qué ambiente viven, por lo que se tienen normas muy estrictas para el ordeño.
Después de sembrar la leche cruda con levaduras naturales, es mezclada con cuajo y después se calienta en ollas de cobre de gran tamaño, para luego separar el suero de la leche. Seguidamente la cuajada se calienta durante una hora a una temperatura de 53° C. Luego se pasa al prensado, no sin antes comprobar la elasticidad y la cohesión de la pieza.
Seguidamente se pasa al moldeo, donde la cuajada es presionada en una bandeja llamada “fonce”. Luego de varias horas de prensado, el queso es retirado del molde, envuelto en un lienzo y se deja una noche en el cuarto de acidificación. Este proceso juega un papel clave en la buena conservación del emmental, la formación de textura y aromas.
Al día siguiente, se retira el lienzo y se sumerge en salmuera, una solución de agua salada saturada, donde permanecerá por 48 horas. Durante el proceso de remojo se mantiene a una temperatura de 22 a 27° C, lo cual estimula la reacción bacterial que crea los distintivos agujeros del emmental, además de contribuir con la formación de la corteza, la buena conservación y la refinación del sabor.
Pero aún queda un paso crucial en la producción del emmental: la maduración. Ésta se realiza en bodegas especiales de temperatura controlada. Inicialmente el queso se mantiene a una temperatura de 6° C durante 1 a 3 semanas; luego la temperatura es ajustada a 15° C durante las próximas 3 semanas y finalmente se ajusta a 23° C, para el resto del proceso de maduración.
Una característica relevante de este queso, son sus grandes y curiosos agujeros que se forman por burbujas de aire atrapadas durante su elaboración. A pesar de que el emmental tiene un contenido de grasa de 27 a 29 por ciento, lo cual suele ser señalado como poco conveniente, tiene más calcio que cualquier otro queso, por lo que favorece la salud de huesos y dientes, juega un papel vital en la función muscular, cuida la salud de la sangre y reduce la presión arterial.
Pero este popular queso también tiene una alta concentración de vitamina K2, un nutriente al que se le atribuye ser beneficioso para la salud de las arterias y los huesos. Además contiene fósforo, que favorece las células y la producción de energía; vitamina B12 favorable para el ADN; zinc para el sistema inmunológico y la piel; vitamina A para proteger la vista y cuidar la sangre.
Debido a que se derrite tan bien, se utiliza con frecuencia en salsas y sándwiches a la parrilla, y es uno de los principales ingredientes en la receta tradicional de fondue; los conocedores lo catalogan como un elemento esencial en una tabla de quesos, considerándolo ideal para el desayuno o para terminar un postre; se trata de un queso de origen suizo, preciado en todo el mundo, un producto que brinda un sabor excepcional y cuyo sello distintivo más vistoso, es la presencia de agujeros.