Los higos secos ecológicos son un superalimento completamente natural, resultado del deshidratado de los higos que colman las higueras en verano.
Los higos son un manjar tan apreciado como delicado, maduran rápido y su dulzor es insustituible en determinados postres y recetas, como tartas, macedonias y bizcochos. Pese a que nos gustaría disfrutar de higos frescos todo el año, lo natural es que este fruto inunde las huertas de aromas en junio y desaparezca a mediados de octubre, o incluso antes, por lo que el ser humano ha desarrollado a lo largo de la historia diversas opciones para conservarlos.
El desecado o deshidratado de frutas como los higos secos es una de las técnicas más antiguas que se conocen para preservar los alimentos y prolongar su vida útil. Consiste simplemente en evaporar el agua propia de la fruta con ayuda del aire y del sol, lo que nos proporciona la posibilidad de disfrutar de los llamados “higos secos” durante todo el invierno.
La finalidad de convertir los higos frescos en higos secos es mantener su sabor y valor nutricional sin que la maduración los eche a perder en pocos días, sin embargo, la necesidad ha dado paso a un hábito cultural en nuestra gastronomía: los higos secos como parte indispensable de la Navidad. Acompañando a los turrones, las ciruelas pasas y los orejones de melocotón, los higos secos se colocan en primer plano de las bandejas y fuentes de cristal típicas de la sobremesa navideña. Son útiles también como ingrediente protagonista de salsas de carne guisada o al horno: cerdo, ternera conejo… o como el relleno del pavo y del capón asado.
Fruto de la higuera, el higo puede consumirse durante todo el año gracias al proceso de secado, los cuales permiten obtener los higos secos. De no ser así, estos frutos solo podrían consumirse entre julio y septiembre, que es lo que dura su temporada de recogida y consumo.
Este alimento tiene un alto porcentaje de agua, el cual ronda entre un 70 y un 80 por ciento. El resto de su composición lo conforman los hidratos de carbono, azúcares naturales y fibra. El higo seco es especialmente interesante, ya que además de un sabor muy agradable, posee numerosos beneficios y propiedades, entre los cuales destacan su riqueza en vitaminas del grupo B, vitamina C, A y E y otros tantos minerales como el calcio, hierro, magnesio, zinc, cobre o fósforo, entre otros.
Son reconocidas y alabadas por los expertos en nutrición las propiedades de los higos secos. Con gran valor energético, los higos secos concentran todas las propiedades de los higos frescos en un menor tamaño, por lo que son ideales como alimento para deportistas y estudiantes. Sus calorías proceden de azúcares naturalmente presentes en la fruta y su aporte calórico se compensa con una gran cantidad de fibra, por lo que pueden ser el mejor picoteo también en dietas de adelgazamiento, siempre que se consuman con moderación. Los higos secos son además fuente de hierro y potasio, y tienen más calcio que ninguna otra fruta deshidratada.
Para su consumo solo, o como ingrediente en la elaboración de recetas como guisos de carne, los higos secos pueden rehidratarse, introduciéndolos en un bol con agua durante una hora o algo más. Este breve periodo de tiempo es suficiente para que el higo seco aumente ligeramente su volumen y sea más manejable en la cocina y más tierno en la boca.
Para los higos secos ecológicos se mantienen los procesos de secado originales, por lo que no son sometidos a procesos químicos que aceleren su deshidratación ni bañados en productos artificiales que los hagan más brillantes o estiren su piel. Esta elaboración artesanal garantiza su calidad. Solo así, siendo “feos”, se mantienen intactas las propiedades de los higos secos.